Valor agregado de
electroforesis capilar en
el dosaje de HbA1c

La HBA1c es un parámetro que se ha establecido como gold standard en el monitoreo del paciente diabético, desde su introducción se ha podido evaluar de una manera más precisa el nivel glucémico, como cualquier otra prueba de laboratorio, existen alteraciones que pueden hacer una diferencia entre los resultados obtenidos y los valores reales, en este caso una de las principales interferencias son las hemoglobinopatías que pueden dificultar el seguimiento y la monitorización del paciente, por lo que es importante determinar la presencia de alguna alteración que pueda modificar la estructura de la hemoglobina, a continuación se expone un caso clínico para evidenciar lo anterior de una manera más práctica.

Paciente femenino de 54 años de edad, diabética medicada con metformina, acude por primera vez al laboratorio a fin del año 2018, para la realización de un laboratorio de control. Los resultados fueron entre otros: una hemoglobina total (Hb) de 12,9 gr/dl, glucosa basal de 151 mg/dl y no fue posible obtener un valor de Hemoglobina Glicada (HbA1c) realizado por electroforesis capilar en un equipo Capillarys Flex Piercing, debido a la presencia de un perfil atípico con interferencia analítica (Fig 1.0).

En el informe de resultados se incluyó una observación, destacando la posible presencia de una variante de hemoglobina y sugiriendo el monitoreo con un test diferente como por ejemplo fructosamina y la realización de electroforesis capilar de hemoglobina.

En marzo del 2019 concurre la paciente con solicitud de electroforesis de hemoglobina, obteniéndose un gráfico de apariencia normal y valores de HbA: 97,3% y A2:2,7%. (Fig 2.0)

La sospecha de la presencia de una variante de hemoglobina que migra conjuntamente con la Hemoglobina A, de tipo beta y probablemente por nuestra ubicación geográfica se trate de una Hb Buenos Aires, se evidencia con la metodología HbA1c y no con la metodología para realizar electroforesis de hemoglobina (Hemoglobin E) debido posiblemente a la diferencia de pH entre ambas técnicas.

En este caso clínico, queda en evidencia la necesidad de una comunicación efectiva entre el personal del laboratorio y médicos para poder optimizar los recursos y utilizar de forma adecuada las metodologías disponibles, monitorear correctamente a los pacientes, evitar gastos en solicitudes de prácticas innecesarias o de uso incorrecto y lograr el objetivo, que es el diagnóstico certero y el correcto seguimiento de los pacientes.

En el mes de diciembre del mismo año, la paciente concurre a otro médico generalista, quien sin evaluar resultados anteriores vuelve a solicitar una rutina general, incluyendo hemoglobina glicada y electroforesis de hemoglobina, obteniéndose los mismos resultados.

Durante el año 2020 la paciente no realiza ningún tipo de control, hasta abril del año 2021, donde vuelve a concurrir al laboratorio con solicitud de hemoglobina glicada. En esta oportunidad, se informa un hemograma con una hemoglobina total de 13,9 gr/dl, glucosa basal de 291 mg/dl y la HbA1c una vez más no es informada ya que la metodología vuelve a arrojar interferencia analítica como en las oportunidades anteriores.

En este caso se informa el gráfico obtenido y una nota sugiriendo nuevamente el monitoreo de su patología a través de otro test y la realización de estudios complementarios o de genotipificación, ya que a través de la electroforesis de hemoglobina no se obtiene la información necesaria.

Sin el seguimiento de estos pasos, la paciente seguirá sin control de su patología y sin confirmar la variante de hemoglobina que posiblemente presenta, con su posible impacto clínico, como ocurrió durante los 18 meses previos.