La infección por el coronavirus (SARS-Cov-2) causante del síndrome respiratorio agudo severo Covid-19, acumula cada vez un mayor número de casos conforme avanza la pandemia a nivel mundial. Los servicios de salud están en riesgo grave de verse rebasados por la cantidad de pacientes que requieren hospitalización o unidades de cuidados intensivos (UCI). Los laboratorios clínicos aportan datos importantes que permiten la selección de pacientes que serán tratados como: ambulatorios, hospitalizados no graves y hospitalizados graves (en UCI) como herramienta de apoyo a los criterios clínicos y de gabinete.
La bibliografía internacional está aportando cada vez más datos basados en las experiencias reportadas por países Asiáticos y revisiones realizadas en Europa, Australia y Estados Unidos(1 – 6).
Los datos de laboratorio que se han considerado, varían de acuerdo a la fuente consultada e incluyen gran diversidad de estudios: hemoglobina, cuenta de leucocitos totales, cuenta absoluta de linfocitos, cuenta absoluta de neutrófilos, cuenta de plaquetas, perfilbioquímico (renal, hepático, cardíaco) entre otros, pero dan mucho peso a las pruebas de coagulación(2, 3, 5 y 6).
Las pruebas de coagulación más estudiadas en esta entidad son: Tiempo de Protrombina (TP), Tiempo de Tromboplastina Parcial activado (TTPa), Tiempo de Trombina (TT), Fibrinógeno (Fib), Antitrombina (AT), Proteína C (PC), Dímeros D (DD), Productos de Degradación de Fibrina/Fibrinógeno (PDFs)(1 – 6).
En la bibliografía actual se concluye que la mayoría de los pacientes llegan al primer contacto con el clínico presentando pruebas de coagulación que van de niveles normales o con ligeras alteraciones, pero estas pruebas pueden verse más afectadas y se vuelven patológicas conforme transcurren los días de estancia hospitalaria, siendo más notorias en los pacientes graves. TP, TTPa y Fib suelen afectarse en forma discreta pero, son muy evidentes los incrementos de los DD y PDFs(1 – 6).
La prueba que suele marcar con mayor claridad la gravedad de la enfermedad por coagulopatía son los Dímeros D (DD), los cuales reportan incrementos que van desde 2.5 hasta 8 veces con respecto a las cifras normales(2, 3 y 5).
Todos los autores concluyen que las alteraciones del DD son un marcador de mal pronóstico; incluso son varios los reportes que refieren decesos secundarios a coagulación intravascular diseminada (CID) con falla multiorgánica, por lo que sugieren el uso de los criterios de la ISTH para diagnóstico de CID en los pacientes graves para su identificación temprana(5).
Algunas citas, marcan los criterios que pueden ayudar a definir entre pacientes hospitalizados no graves y hospitalizados graves (Tabla 1). También se observan cifras de DD con incrementos muy marcados en los pacientes que fallecen(3).