Es responsabilidad de todos mantenernos informados, asegúrate de que la información que consultes sea fidedigna y evita pensar y hablar todo el día en la situación, descartando información e imágenes alarmistas.

Retoma esa actividad pendiente que dejaste en otro momento; realiza reparaciones en tu hogar, lee un libro o inicia el pasatiempo que más te llame la atención, convierte ese tiempo libre en algo productivo.

Utiliza las redes a tu favor. Ponte en contacto con tus seres queridos de manera segura, te mantendrás al tanto de ellos sin riesgo de contagio.

En caso necesario de contacto con otras personas, lleva a cabo los hábitos adecuados de higiene y prevención que recomienden las autoridades sanitarias. No trivialices ni magnifiques el riesgo real que hay. Sé precavido y prudente sin alarmarse.

La limpieza es fundamental para mantener un estado de salud adecuado, dedica un momento del día a mantener el entorno limpio, lava tus manos constantemente y no olvides mantener las medidas de higiene necesarias en todos los miembros de la familia, cada pequeña acción cuenta.

Realiza actividades físicas constantes, alimentarte sanamente beneficia un correcto funcionamiento del cuerpo y mente disminuyendo considerablemente el riesgo de contraer alguna enfermedad.

Evita desvelarte, procura dormir al menos ocho horas diarias en tu horario habitual, existe una relación directa entre la falta de sueño y síntomas como: ansiedad, depresión y estrés.

Informa a los menores sólo lo necesario acerca del tema, esto ayudara a que se sientan seguros y en confianza, lo que les facilitará sobrellevar de manera más sencilla la emergencia.

Ante las medidas de aislamiento, es posible que sientas estrés, ansiedad o alguna otra emoción como miedo, por lo que te sugerimos mantener la calma, mantenerte ocupado y conectado con tus seres queridos. Encuentra el lado positivo a estas medidas, por ejemplo: quedándote en casa evitas contagiarte y contagiar a más personas, no se saturan los servicios médicos y así ayudas a salvar vidas.

Identifica pensamientos y emociones que puedan generarte malestar, reconócelos y acéptalos. Si es necesario, comparte tu situación con las personas más cercanas para encontrar la ayuda y el apoyo que necesitas.