Es necesario que los laboratorios clínicos garanticen buenos procedimientos de control de la calidad y resultados precisos. Las pruebas serológicas de enfermedades infecciosas plantean desafíos únicos para los laboratorios, ya que la mayoría de los ensayos son de naturaleza cualitativa y reportan resultados como positivos o negativos, comparando la señal generada con un valor umbral, también llamado valor de “corte”.
Los ensayos serológicos cuantitativos suelen medir los anticuerpos y se calibran en función de una referencia estándar, utilizando unidades internacionales para cuantificar el estado inmunitario de un paciente en relación con un punto de decisión clínica.
La prueba más fiel del rendimiento de un ensayo serológico se encuentra en los límites inferiores de detección, cerca del punto de decisión clínica/punto de corte: el límite entre un resultado positivo y negativo. Aquí es donde, incluso, una modesta degradación en el rendimiento puede producir catastróficas consecuencias de un resultado falso del paciente.
Los falsos negativos pueden retrasar la atención al paciente para salvar y mejorar su vida, mientras que los falsos positivos pueden hacer que los pacientes se sometan a tratamiento, lo que resulta angustiante tanto psicológica, física y financieramente.
Los controles de tercera opinión de baja positividad están diseñados para ser débilmente reactivos, lo que puede detectar problemas de rendimiento en los límites inferiores de detección como se ve en los siguientes escenarios:
ESCENARIO 1:
Con el tiempo, el rendimiento de un ensayo puede degradarse, lo que resulta en una sensibilidad reducida al analito objetivo. Por ejemplo, un control de la marca “X”, es diseñado con una alta concentración de analitos y a pesar de la degradación del rendimiento, los valores de control no cambian significativamente y siguen ofreciendo fuertes resultados positivos. Por el contrario, un control de baja positividad, formulado cerca del valor de corte clínico en una matriz similar a la del paciente, exhibe un cambio rápido en los resultados reportados, derivando hacia valores negativos. Esto proporciona una advertencia anticipada al laboratorio de que hay un problema con el ensayo.
ESCENARIO 2:
El calibrador suministrado en un kit de ensayo de diagnóstico in vitro (IVD) ha comenzado a degradarse, pero este cambio no es detectado por el control positivo del kit, ya que comúnmente es formulado con materias primas similares y diseñado para funcionar específicamente con el sistema de ensayo del fabricante, por lo tanto, el control en el kit imita las tendencias de los calibradores. Contrario al control de baja positividad que identifica inmediatamente el cambio en el rendimiento del ensayo, alertando al personal del laboratorio de una tendencia problemática que debe corregirse antes de que los resultados de los pacientes se vean afectados.
ESCENARIO 3:
Un laboratorio clínico ha cambiado a un nuevo lote del kit de ensayo de un fabricante. El nuevo lote presenta una sensibilidad reducida, pero este cambio no es detectado por el control positivo del kit, ya que se utilizó para determinar el valor de corte para el nuevo lote, en cambio el control de baja positividad, al ser fabricado bajo un proceso validado, estandarizado y cumpliendo con todos los estándares de calidad como: matriz similar a las muestras de paciente, baja reactividad, amplia caducidad, estabilidad, etc., puede ser utilizado de forma independiente para el control de la calidad a largo plazo, para su uso con muchos lotes de kits de ensayo detectando cambios significativos en la sensibilidad. Sin el uso del control de tercera opinión de baja positividad, los resultados de los pacientes podrían haberse visto comprometidos.
Como demuestran los escenarios anteriores, sería fácil pasar por alto pequeños cambios en el rendimiento de sus ensayos con la consecuencia de un falso resultado del paciente. Cuando el rendimiento de un ensayo se degrada, los valores no cambian significativamente con un control de alta concentración del analito y en el caso de un calibrador del kit de ensayo IVD que se está degradando, el control del kit no detectará los cambios ni tampoco identificará problemas en la sensibilidad para un nuevo lote del kit de ensayo del fabricante.
En cada caso, un control de baja positividad de tercera opinión ofrece una alerta temprana en los niveles más bajos de detección, lo que garantiza que los resultados de los pacientes no se vean comprometidos. Dichos controles no están vinculados a los valores establecidos por el fabricante del ensayo, lo que puede asegurar que los ensayos serológicos funcionan de manera óptima y que el laboratorio informa resultados precisos.
Los controles ACCURUN de Seracare, LGC Clinical Diagnostics Inc. están especialmente formulados para exhibir una reactividad débil en matrices verdaderamente similares a las del paciente para la prueba de precisión y rendimiento del ensayo cerca de los puntos críticos de decisión clínica ofreciendo una detección sensible a los cambios sutiles en las pruebas, visualización de tendencias y la posibilidad de mitigar el riesgo de reportar resultados falsos.
REFERENCIAS:
1. 4 Best Practices for QC in a Clinical Testing Lab to Ensure Accurate Results, Eric Morreale, PhD, Feb 18, 2020
2. Quality controls for serology: an unfinished agenda, Claudio Galli and Mario Plebani, Published by De Gruyter April 10, 2020, From the journal Clinical Chemistry and Laboratory Medicine (CCLM)