Durante el desarrollo de estudios previos, en dónde se ha pretendido establecer un punto de corte de las globulinas séricas que se miden en las pruebas de función hepática realizadas de forma rutinaria para la detección de las gammapatías monoclonales (MG)1, se decidió incluir un grupo de control sano, que se pudiera utilizar para los valores de referencia de las proteínas séricas. Se recolectaron 50 muestras de suero de donadores de sangre aleatorios de 50 años o más del banco de sangre institucional durante el estudio. Se considero que se asemejarían desde el punto de vista demográfico a los pacientes con sospecha de MG, cuyos datos se estaban analizando. Al final, no se incluyeron estas muestras porque se decidió que sólo se debían informar los datos de un grupo homogéneo con sospecha de MG. Lo interesante de las muestras de estos sujetos “sanos” que recolectamos fue que en 2/50 (4%) pacientes se identificó un componente monoclonal en SPE (Fig. 1).
Una MG es una afección en la que hay presencia de una inmunoglobulina monoclonal en suero y/u orina producida por una célula plasmática anormal o un clon de células B. Cuando esta inmunoglobulina monoclonal permanece quiescente (es decir, no cumple con los criterios del mieloma múltiple [MM], la macroglobulinemia de Waldenström u otros trastornos linfoproliferativos), se denomina gammapatía monoclonal de significado indeterminado (GMSI). Kyle et al. introdujeron este término por primera vez en 1978 después de informar la historia natural de 241 pacientes con esta afección2. Además, la GMSI suele identificarse en una población de edad avanzada. La prevalencia en individuos mayores de 50 años es del 3%, y aumenta al 5-8% en los mayores de 703, y se ha considerado una entidad premaligna que se relaciona con un riesgo anual del 1% de progresión a MM y otros trastornos relacionados. Sin embargo, actualmente no está indicado ningún tratamiento hasta su progresión específica.
Además, en la publicación de otros trabajos4, se ha informado que la GMSI estaba relacionada con sólo el 0.5% de todos los casos de MG y encontramos que, en México, esta entidad parece estar subdiagnosticada o no tan bien identificada como en países de mayores ingresos. Sin embargo, después de tomar muestras de sujetos sanos, se observó que la prevalencia de la GMSI (4%) podía emparejarse con los informes internacionales. Tomando en cuenta que la edad máxima para donar sangre es de 65 años, la prevalencia podría aumentar al incluir adultos mayores. En la actualidad, el estudio de Islandia sobre detección, tratamiento o prevención del mieloma múltiple (iStopMM) (el primer registro nacional de población cuyo objetivo es la detección de la GMSI y la realización de ensayos clínicos aleatorizados de intervenciones para prevenir la progresión de la enfermedad) ha descubierto recientemente que la prevalencia estandarizada por edad y sexo de la GMSI es del 5% en personas mayores de 50 años, una cifra superior a la de informes anteriores para este grupo de edad, y ha confirmado que existe una mayor prevalencia asociada al aumento de la edad y a los hombres. En los próximos años, se espera comprender las implicaciones de la detección temprana en la población general y determinar los efectos del tratamiento temprano de las neoplasias malignas de MG o si pueden prevenirse4. El intervalo de detección óptimo para estos individuos no se ha establecido y puede depender de factores individuales (Fig. 1). Si los médicos de atención primaria detectan sospechas de GMSI u otras MG mediante una detección de rutina, estos pacientes deben ser remitidos a un hematólogo para un examen y seguimiento minuciosos5.
En conclusión, lo que se puede aprender de esta experiencia es que la MG no se detecta de forma rutinaria en nuestro entorno y, por lo tanto, la epidemiología de estas entidades no está clara en nuestro país6. Se ha vuelto evidente que se deben educar a los médicos sobre la interpretación de la SPE, la GMSI y la MG en general. A medida que se estudia y se aprende más sobre el papel de la detección temprana y las intervenciones en la MG, se debe reconocer al menos la importancia de utilizar pruebas de detección de proteínas séricas en ciertos individuos de alto riesgo.
Financiación
Los autores declaran que no recibieron financiación para este estudio.
Conflictos de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Responsabilidades éticas
Protección de personas y animales. Los autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que han seguido los protocolos de su centro sobre la publicación de datos de los pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los autores obtuvieron el consentimiento informado de los pacientes y/o los sujetos a los que se refiere el artículo. Este documento está en posesión del autor correspondiente.
Bibliografía
1. Tarín-Arzaga L, Cantu-Martínez O, de la Cruz CD, Martínez-González OL, Reyes-López MA, Jaime-Pérez JC, et al. ROC defined serum globulin cutoff as a screening tool for monoclonal gammapathies. Rev Med Univ. 2022;24:47-51.
2. Kyle RA. Monoclonal gammopathy of undetermined significance. Natural history in 241 cases. Am J Med. 1978;64:814-26.
3. Love TJ Rognvaldsson S, Thorsteinsdottir S, Aspelund T, Reed ER, Vidarsson B, et al. Prevalence of MGUS is high in the istopmm study but the prevelance of IgA MGUS does not increase with age in the way other inmmunoglobulin subtypes do. Blood. 2022;140 suppl 1:256-8.
4. Tari-Arzaga L, de la Cruz CD, Martínez-González O, Gómez-Almaguer D. Electrophoretical distribution of serum monoclonal protein and underlying causes. Data from referral center in MExico. Rev Med Univ. 2022;24:25-30.
5. Kyle RA, Durie BG, Rajkumar SV, Landgren O, Blade J, Merlini G, et al. Monoclonal gammopathy of undetermined significance (MGUS) and smoldering (asymptomatic) multiple myeloma: IMWG consensus perspectives risk factors for progression and guidelines for monitoring and management. Leukemia. 2010;24:1121-7.
6. Ruiz-Argüelles GJ. Multiple Myeloma, an old disease with many faces. Rev Med Univ. 2022;24:1-2.